En el camino hacia una vida plena, a menudo descuidamos una parte fundamental de nuestro cuerpo: el suelo pélvico. Recordar que el suelo pélvico es una plataforma dinámica que sustenta tanto los órganos abdominales como los pélvicos, cumpliendo funciones clave como proporcionar soporte y estabilidad, garantizar la continencia de orina, heces y gases, contribuir a la satisfacción sexual, y desempeñar un papel esencial en el parto. Por lo que nuestro suelo pélvico juega un papel crucial en nuestra salud y bienestar.
La valoración del suelo pélvico es importante en diferentes etapas de la vida de una persona, especialmente en mujeres, ya que el embarazo, el parto y el envejecimiento pueden afectar la salud de esta área.
Así que, ¿cuándo es el momento adecuado para considerar una evaluación del suelo pélvico?
Durante el embarazo
Durante el embarazo, los cambios en el cuerpo de la mujer pueden afectar la musculatura del suelo pélvico. Estos cambios pueden generar tensiones que, a su vez, podrían influir en la posición del bebé y afectar el proceso de parto. Un suelo pélvico normotenso es crucial para promover un parto más fluido.
En el embarazo también es importante evaluar la movilidad de la pelvis para asegurarse que esté libre de bloqueos que puedan obstaculizar el parto. Una pelvis móvil y flexible facilita la adaptación a las diferentes posiciones que el bebé puede adoptar durante el parto.
El masaje perineal durante el embarazo te ayudará a aumentar la elasticidad del área entre la vagina y el ano.
Después del parto
Después del parto, además de la valoración del suelo pélvico es imprescindible valorar el abdomen materno para evaluar la recuperación del cuerpo de la mujer. Esta valoración se recomienda realizarla una vez pasada la cuarentena, 6-8 semanas posteriores al parto.
En la valoración de suelo pélvico se evalúa la fuerza y el tono de los músculos del suelo pélvico para asegurarse su adecuada recuperación después del parto. Se verifica si hay problemas de incontinencia urinaria o fecal, para dirigir el tratamiento y ejercicios de fortalecimiento muscular para con el fin de mejorar la función. Se examinan cicatrices de desgarros o episiotomías para tratarlas si precisan y así evitar que se vuelvan rígidas.
En cuanto al abdomen materno, se valora si hay separación de los músculos rectos del abdomen (diástasis abdominal), su tono y actividad muscular. Se verifica la activación de los músculos para asegurarse de que estén recuperándose y funcionando correctamente y planificar tratamiento como ejercicios específicos si se precisan. En caso de cesárea también se evalúa la cicatriz para que no se quede rígida y recomendar cuidados.
Si tienes dolor en las relaciones sexuales
Independientemente de la edad, es esencial investigar y abordar cualquier tipo de dolor experimentado durante las relaciones sexuales. El dolor puede deberse a diversas causas tales como: atrofia vaginal, sequedad, tensión muscular, debilidad muscular, infecciones o problemas ginecológicos… Es fundamental identificar la causa para poder proporcionar el tratamiento adecuado.
En la menopausia
La menopausia es una etapa en la vida de las mujeres que conlleva una serie de cambios hormonales, siendo la disminución de los niveles de estrógeno uno de los más significativos. Estos cambios hormonales pueden afectar diferentes áreas del cuerpo, incluido el suelo pélvico. Esta caída de estrógenos contribuye en la atrofia y sequedad vaginal, pérdida de elasticidad de los tejidos con la pérdida en la eficiencia de contracción – relajación de los músculos, pérdida de tono muscular favoreciendo la aparición de incontinencias o prolapsos…
El cuidado del suelo pélvico durante la menopausia es parte integral de la salud femenina en esta etapa. Mantener un cuidado activo puede ayudar a prevenir problemas y mejorar la calidad de vida.
Si practicas deportes de impacto
La práctica de deportes de impacto puede ejercer presión adicional sobre el suelo pélvico, y si una persona experimenta escapes de orina durante la actividad física, simplemente dejar de hacer ejercicio no es la solución ideal. En lugar de evitar completamente ciertos deportes o ejercicios, es crucial abordar la situación de manera más integral. Valorar el abdomen, la gestión de las presiones intraabdominales y el estado del suelo pélvico para prevenir posibles incontinencias futuras o tratar y ajustar tus rutinas de ejercicio físico, fortaleciendo tanto tu suelo pélvico como el abdomen.
Si experimentas pérdida de orina al estornudar, toser o realizar esfuerzos
Aquí también es imprescindible realizar una valoración del suelo pélvico, ya que la pérdida involuntaria de orina al estornudar, toser o realizar esfuerzos similares, nos está indicando que hay una debilidad del suelo pélvico. Es importante abordar este síntoma analizando todo el tejido y la musculatura para prevenir la incontinencia y mejorar la salud del suelo pélvico.
Recuerda, la valoración del suelo pélvico no es solo para resolver problemas existentes; es una herramienta poderosa para la prevención y el mantenimiento de una vida plena. Desde la adolescencia hasta la menopausia y más allá, tu suelo pélvico merece atención y cuidado.
No dudes en buscar la orientación profesional, explorar ejercicios específicos y adoptar hábitos de vida que promuevan la salud de esta área vital. Al hacerlo, estás invirtiendo en tu calidad de vida y bienestar a largo plazo.
Comparte esta información con otras personas que puedan beneficiarse y crear una conciencia colectiva sobre la importancia de cuidar nuestro suelo pélvico.
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